Información obtenida gracias a Journeyman.tv.
Texto traducido del inglés por El Revolucionario Escarlata.
Generaciones de niños suizos perdieron su infancia por abusos refrendados por el Estado y trabajos forzosos. Este impactante reportaje nos trae sus historias, y arroja una luz sobre un oscuro, y poco conocido, capítulo de la historia suiza.
“Nuestra Suiza, que siempre quiere ser una golosina, tiene demasiados esqueletos en su aparador”, nos cuenta Maria Magdalena. Hasta el año 1981 el Estado suizo envió a miles de adolescentes como Maria a lugares como la prisión femenina de Hindelbank para la “reeducación”. Acusados de rebeldes o promiscuos, fueron mantenidos indefinidamente sin ser procesados. “Fui golpeado con todo”, recuerda Hugo Zingg, quien fue lo que se dio en llamar un “niño de contrato”. De los cinco niños que estaban en la granja fue obligado a seguir trabajando; y fue el único de ellos que no se suicidó. Sin embargo, posiblemente la historia más espeluznante es la de Bernette Gechter. Sus estrictamente religiosos padres de acogida la llevaron al médico a los siete años de edad, creyendo que era activa sexualmente. Fue diagnosticada con un desorden cerebral y forzada a recibir una terapia de electrochoque. A los 18, cuando se quedó embarazada, le provocaron un aborto y la esterilizaron porque pensaban que ella no estaba preparada o capacitada para ser madre. Los supervivientes están haciendo una campaña para el reconocimiento, pero el Gobierno suizo rechaza todavía llevar a cabo una investigación completa o hablar de una remuneración para las víctimas.
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